En esta ocasión os vamos a contar la historia de una persona, un tipo extremadamente adinerado aficionado a coleccionar aviones y superyates. No estamos hablando de coleccionar juguetes o maquetas, sino aviones y yates de verdad, completamente usables y funcionales.
Con una capacidad económica semejante, cualquier capricho es alcanzable y nuestro protagonista, amante de vehículos tremendamente exclusivos y caros, quería poder disfrutar de la imagen y de la clase que ofrece un yate o un jet privado pero sobre el asfalto. Así que decidió ponerle remedio encargando un automóvil que combinara su pasiones sobre cuatro ruedas.