Accesorios y homologación de los mismos

Que cansado puede llegar a ser vender un coche, sobre todo si dejamos las cosas para el final y pretendemos que todo esté terminado en diez minutos. Las cosas requieren su tiempo, principalmente si se trata de vender un bien del valor de un coche. No se puede tener prisa ni hacer las cosas ‘a la carrera’, eso nos llevará a cometer errores que luego nos costará un tiempo solucionar y por supuesto, dinero.

Una de esas cosas que siempre acaba quedando para el final y que termina trayendo problemas son los accesorios. Muchos conductores adquieren e instalan (cuando la ocasión lo requiere) multitud de accesorios de toda índole para que su coche esté completamente a su gusto. El principal problema de estos accesorios es que pueden requerir una homologación ‘oficial’. No es suficiente con hacerse con un componente que haya sido homologado para venderse en España; debemos homologar la pieza ya montada en el coche. En realidad lo que se hace es inspeccionar que el montaje sea el correcto y no pueda causar peligro.

Evidentemente no todos los accesorios necesitan una homologación para poder montarlos, pero sí aquellos que modifican las características del coche como unas llantas más grandes, cambiar paragolpes, volante, faros y elementos similares. Si montamos alguna cosa de estas y no hemos acudido a la ITV, tendremos problemas para vender nuestro automóvil pues resulta que no es legal para su uso por vías públicas. Y no, no es broma. O se lo quitamos o lo homologamos, pero mientras tanto, no puede circular.

Por eso hay que tener muy claro lo que montamos en el coche y como, principalmente para evitar problemas a posteriori. Para que no existan duda al respecto, hemos confeccionado unas listas donde figuran los cambios que no requiere pasar por la ITV para su inspección y aquellos que sí lo necesitan. Así podrás decidir que hacer antes de vender el coche respecto a esos accesorios.

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Accesorios y homologación

Cambios que no requieren acudir a la ITV

  • Cambiar la radio que monta el coche de fábrica por una no original.
  • Sustituir el pomo de la palanca de cambios.
  • Instalar sensores de ayuda al aparcamiento.
  • Instalar un kit manos libres Bluetooth.
  • Poner barras portaequipajes.
  • Poner los embellecedores de los dispositivos de alumbramiento y señalización luminosa, si no afectan a la zona de salida de la luz.
  • Cambiar las carcasas de los espejos retrovisores siempre que no resten zona de visión.
  • Instalar barras de unión entre las torretas de la suspensión.
  • Instalar molduras de la carrocería, salvo en el frontal del coche (paragolpes).
  • Montar las faldillas de rueda en los turismos.
  • Acoplar deflectores de aire en el marco de las ventanillas.
  • Añadir retrovisores auxiliares.

 

Cambios que si obligan a visitar la ITV

  • Faros, ya sean de xenón, halógenos o LED. Siempre mejor que sean de concesionarios y homologados para Europa.
  • Volante. No puedes quitar un volante con airbag para poner uno sin él. Además, no debe variar el diámetro en más de un 10%.
  • Llantas y neumáticos. Si la nueva monta está reflejada en la ficha técnica del coche, no hace falta pasar por la ITV (los fabricantes homologan varias medidas y se señalan en el ‘cartón verde’), en caso contrario nos veremos obligados a homologar.
  • Asientos. Lo normal es cambiar los de serie por unos más deportivos. Lo mejor que se puede hacer es adquirir unos homologados para el modelo en concreto y evitar problemas.
  • Bola de remolque. Tanto a la hora de instalarla como cuando queremos quitarla, tenemos que pasar por la ITV nos guste o no.
  • Línea de escape. El tubo de escape es una pieza clave en el rendimiento del motor y poner uno nuevo puede suponer una ganancia de potencia y aumento de la sonoridad. Si el escape es similar al de serie, no habrá problemas, en caso contrario debemos ir a la ITV porque se considera reforma de importancia.
  • Centralita del motor. Normalmente, se instalan para conseguir mejores prestaciones, pero sólo se podrán homologar las que dispongan de un documento del fabricante o de un laboratorio que certifique que se puede usar en Europa.