Por suerte para los todos los usuarios que diariamente, circulan por las carreteras de medio mundo (o del mundo entero…), disponemos, actualmente, de la generación de vehículos más segura vista jamás. La evolución en la construcción, los nuevos y avanzados materiales, la tecnología desarrollada durante décadas; los automóviles modernos ofrecen niveles de protección que hace no mucho tiempo, suponía una utopía.
Los fabricantes gastan mucho capital en la investigación y desarrollo dentro del ámbito de la seguridad, habiendo logrado resultados asombrosos en muchos casos. Por ejemplo, y aunque sea algo criticado por el común de los conductores, los coches actuales cuentan con algo que se conoce como ‘estructura deformable’. Se trata de una estructura que ha sido diseñada y construida, para que en caso de impacto se deforme controladamente, absorbiendo gran parte de la energía provocada en el accidente. A simple vista, lo único que se aprecia es una destrucción total del vehículo, se ‘desmiga’ como se dice popularmente.
Primera generación del Volvo XC90
Dicha destrucción es uno de los mayores avances en seguridad, dentro de la industria del automóvil. Sin embargo, dicha deformación controlada no sirve de nada sin no usamos el cinturón, evidentemente. El cinturón que todos los vehículos emplean desde hace décadas, fue desarrollado en 1959 por un ingeniero, que por entonces, trabajaba para Volvo. Sí, fue la compañía sueca quien inventó el cinturón de seguridad actual, pero también fueron tan generosos como para liberar la patente de un invento que, desde entonces, ha salvado más de un millón de vidas y evita cada año cerca de 100.000 muertes.
Volvo, el considerado como fabricante más seguro del mundo, es responsable igualmente de muchos desarrollos enfocados a salvar vidas humanas en accidentes de tráfico, ya sea dentro de sus coches o fuera. De hecho, sus objetivos llegan tan lejos, que se han propuesto reducir a cero, las víctimas mortales en accidentes de tráfico en modelos de la marca a partir de 2020. Es decir, quieren que nadie muera a bordo de un Volvo de aquí a dos años vista. Es, sinceramente, uno de los objetivos más loables que nadie se ha propuesto.
Es verdad que resulta un objetivo muy complicado, en un accidente de tráfico influyen muchos factores y no todos se pueden controlar. Pero la marca sueca está logrando grandísimos resultados en su camino hacia las ‘cero muertes’ en sus coches. Sin ir más lejos, un estudio publicado por el laboratorio Thatcham Research, afirma que el Volvo XC90, el SUV más grande fabricado por la marca, es el coche más seguro de Reino Unido. Al parecer, este modelo lleva desde su lanzamiento en 2002 sin registrar víctimas mortales a bordo en tierras británicas. Esto son un total de 16 años sin lamentar muertos en accidentes de tráfico. Estamos ante un hito de la automoción, pues durante todo este tiempo, se han vendido más de 50.000 unidades del SUV en Reino Unido.
Segunda generación del Volvo XC90
Dicho estudio atribuye este logro a los sistemas de seguridad incorporados en el XC90. Destacan especialmente tres. Por un lado, la ayuda a la frenada de emergencia, que en el modelo sueco es capaz de detectar objetos, vehículos, peatones y hasta ciclistas, alertando al conductor de un posible impacto. Si el conductor no toma las medidas oportunas o reacciona tarde, el sistema toma el control y aplica los frenos automáticamente para evitar el choque o, al menos, reducir sus consecuencias.
Otro de los sistemas es el Cross Traffic Alert, que avisa de que avisa de objetos en el ángulo muerto y de tráfico cruzado cuando se circula marcha atrás y para terminar con los destacados, el Turn Across Path, que avisa cuando se efectúa un giro sobre la presencia de vehículos.