¿Qué es y para que sirve un cofre portaequipajes?

Es posible que te hayas cruzado alguna vez con otro vehículo que lleva, colocado sobre el techo, un baúl o cofre. Se trata de un sistema que se vende en el mercado de accesorios, que sirve, ni más ni menos, que para aumentar la capacidad de carga de nuestro coche de forma sencilla y relativamente barata.

 

No obstante, hay que tener en cuenta algunas cosas, porque no todos los cofres sirven para todos los coches y además, su montaje puede ser complicado y presentar problemas a la hora de circular.

 

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Por norma general, los cofres portaequipajes que se venden en España están homologados por la Unión Europea. Esto quiere decir que son seguros y aptos para su comercialización. El montaje no siempre es sencillo, aunque la gran mayoría ofrecen sistemas que hacen muy sencillo su empleo. Según el fabricante del cofre y del coche, se pueden montar sobre la baca del coche o sobre soportes específicos que trae el propio cofre, siempre respetando las indicaciones de los fabricantes.

 

En caso de usar este tipo de accesorio, hay que saber que puede aumentar el consumo de combustible y los ruidos aerodinámicos. Es cierto que los cofres se diseñan para minimizar estas cosas, pero sigue siendo un elemento que modifica la superficie del coche y por tanto, la aerodinámica de la carrocería provocando el mencionado aumento de consumo y los ruidos. No es un aumento excesivo, pero puede llegar a rondar el litro adicional cada 100 kilómetros, dependiendo siempre del tipo de cofre y su tamaño. Cuanto más grande, más consumo y más ruido aerodinámico.

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Otro de los puntos que se deben tener en cuenta, es que no se pueden guardar cualquier objeto dentro del cofre. Cada cofre portaequipajes tiene sus características y deben conocerse antes de usarlo. Por ejemplo, los elementos más pesados no deberían ir metidos en el cofre, pues se eleva el centro de gravedad del coche y la estabilidad se ve perjudicada. También es posible que se rompan las sujeciones del mismo o el propio cofre al sobrepasar sus capacidades. Siempre hay que respetar las indicaciones del fabricante.