¿Convertir un coche a gas natural?

Siempre se ha dicho que ‘Spain is different’. Un país especial podríamos decir, donde las fiestas se celebran por todo lo alto derrochando sin miedo, pero siendo un poco tacaños para otras muchas cosas en las que no se debería serlo. España también es un país donde el automóvil se considera una simple herramienta y se le presta bastante poca atención.

 

Es una lástima que la mayoría de los españoles tengan esta actitud hacia algo que cuesta tanto dinero, ya sea a la hora de adquirirlo como de mantenerlo día a día. Eso al final deja pasar oportunidades de ahorro que podrían ser muy útiles, como el uso del gas natural como combustible.

 

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Habrás oído que muchos taxistas transforman sus coches para usar gas natural, lo que se conoce como GNV (Gas Natural Vehicular). Es el mismo combustible que calienta nuestras casas y que se ha demostrado que es más barato que el resto de combustibles. En concreto se puede lograr un ahorro del 50% frente a un gasolina y un 30% en el caso de un diésel.

 

Convertir coche a gas natural

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Una transformación que por otra parte, puede realizar cualquiera en su coche y poder usar GNV como combustible. El único inconveniente que podría destacarse, es que sólo se pueden transformar los motores de gasolina ya que se necesita un sistema de encendido por chispa (bujía), algo que los motores diésel no tienen.

 

El funcionamiento consiste en un segundo sistema de alimentación, necesario para trabajar con GNV. Esto se debe a que no es lo mismo inyectar un líquido pulverizado como la gasolina, que un gas. El procedimiento es algo diferente, así como las presiones de trabajo y el otra serie de cosas. La instalación de este segundo sistema de alimentación debe realizarla un taller especializado, como cabe esperar, pero hay que tener en cuenta, como hemos mencionado anteriormente, que es un ‘segundo sistema’. Es decir, el motor trabaja con gasolina o GNV, según condiciones y combinando ambos.

 

Cualquier vehículo a gas funciona también con gasolina y el propio equipo de gestión del coche, va cambiando entre uno y otro. No obstante, se coloca un interruptor en el cuadro de mandos para que quien conduce, pueda cambiar entre un sistema u otro según sus preferencias.

 

La instalación necesita de otra serie de cosas como un depósito extra para almacenar el gas natural, válvulas de gas especiales en el circuito, un filtro específico, un indicador adicional para el nivel de gas en el depósito; una serie de cosas que lógicamente, entran en el precio total de la instalación, que suele rondar entre 2.000 y 2.500 euros.