Los amortiguadores son una parte importante de la suspensión de nuestro vehículos. Estos, junto a los neumáticos, son uno de los elementos encargados de garantizarla seguridad de un vehículo y cumplen funciones vitales para el buen comportamiento del coche.
Para que no hagamos una idea, un amortiguador se comprime entre 5.000 y 7.000 veces por minuto, soportando el peso del vehículo, absorbiendo baches, controlando la dirección para tomar bien las curvas, haciendo que los neumáticos pisen perfectamente contra el suelo, etc.
Se recomienda sustituirlos cada 4 ó 5 años o cada 60.000, momento en el que se habrán comprimido cerca de 420.000.000 veces. No obstante conviene seguir una serie de consejos para el buen funcionamiento de los amortiguadores.
- Es conveniente revisar su estado cada 20.000 km aprovechando además, para controlar el estado del resto de elementos. En cualquier taller lo hacen por un coste muy reducido.
- No deben tener fugas de aceite, ni grandes ni pequeñas. Lo podemos realizar nosotros mismos.
- Si circulas por zonas donde las heladas y nevadas son habituales y por tanto, la sal en la carretera también, debemos comprobar que no tienen oxido. Solo hay que mirar en el hueco de la rueda para comprobarlo.
- Cuando circulamos durante muchos kilómetros con remolque o con mucha carga, los amortiguadores sufren por el exceso de trabajo y conviene revisarlos más a menudo para asegurar un correcto funcionamiento. En un taller también te lo realizarán por un bajo coste