Pasar la Inspección Técnica de Vehículos, la famosa ‘ITV’, puede suponer un problema para muchos. No todos los conductores están conformes con el hecho de que un desconocido, manosee su coche y lo someta a una se de ‘pruebas’ que llegan a bambolear el automóvil de un lado a otro.
No sería la primera vez que alguien piensa que pueden romperle el coche durante el transcurso de dichas pruebas. Tampoco sería nuevo que algún conductores denuncie que se han ocasionado daños al vehículo, mientras se realizaban las pruebas pertinentes. ¿Qué hacemos si este último caso nos sucede a nosotros?
En internet, principalmente en foros, se puede encontrar toda clase de quejas y comentarios, pero la web www.itv.com.es, especializada en todo lo que tiene que ver con la Inspección Técnica de Vehículos, dice lo siguiente:
‘Las pruebas que se realizan a nuestros vehículos durante la inspección técnica están destinadas a comprobar que estos están en perfectas condiciones para circular por carretera’.
‘Una carretera en mal estado, bacheada, supone para nuestro vehículo una agresión mucho mayor que los vaivenes que le produce la máquina de la ITV’.
Cada una de las pruebas que se realizan en la ITV, se han estudiado y calculado para que no provoquen ningún daño a los componentes mecánicos, a los del chasis o a todos los que forman la carrocería. Es decir, resulta complicado que puedan dañar algo en el coche, siempre y cuando, se realicen correctamente y el coche se encuentre en perfecto estado.
No obstante, ocurrir puede ocurrir. Son personas quienes realizan estas pruebas y siempre se puede cometer un fallo. además, las ITV cuentan con un seguro que cubriría los desperfectos ocasionados, pero hay que demostrar que realmente han ocurrido durante la prueba. Cosas como un arañazo o una rotura de luna, que se ven en el acto, no requieren ni siquiera discusión. Pero si hemos detectado el problema después, al marcharnos y fuera de la estación de ITV, la cosa cambia.
La mejor acción que se puede llevar a cabo, es hablar con quien corresponda e intentar que todo se solucione por las buenas y de forma amistosa. El otro camino nos lleva a las oficinas de Atención al Consumidor y posteriormente, a una denuncia.