Los móviles con cámara y conexión a internet y las redes sociales, ha provocado una costumbre entre los conductores que en ocasiones, puede ser más un problema que una solución. Es conocida entre internautas y conductores, la sensación de afán recaudatorio, pero sea verdad o no, los radares están muchas veces para controlar y disuadir, siendo necesarios en muchos kilómetros de carreteras.
Desde hace bastantes años, los conductores emplean aplicaciones para conocer la posición de los radares, otras que avisan a otros conductores de esas localizaciones, hay quien usa aplicaciones que les indican rutas alternativas para no cruzarse con controles de velocidad pero no obstante, hay quien se dedica a sacar fotos a los radares para luego publicarlas. Una acción que conlleva repercusiones de hasta 30.000 euros.
Pero ojo, no se trata de una multa por sacar una foto al radar, sino por uso no autorizado de imágenes, datos personales o profesionales de las autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que ponen en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones o en riesgo el éxito operativo.
Las multas por esta acción, la de sacar foto a los radares y publicarla en redes sociales para avisar a otros conductores, pueden ir desde los 601 euros, hasta los 30.000 antes mencionados. Siempre dependiendo del grado de la infracción.
Habrá usuarios de las carreteras que se indignen antes esto, pero la publicación de este tipo de fotos puede conllevar que el control de velocidad sea ineficiente y que al aparecer los rostros de los agentes, se pueda poner en peligro su integridad personal, la de cualquier familiar del mismo e incluso bienes personales. No es algo que deba tomarse a la ligera.