Los neumáticos son uno de los elementos que más importancia tienen en la conducción. Es la única parte del coche que toca el suelo. Llevar unos neumáticos en mal estado puede ser motivo de accidente, o como poco, de llevarnos un susto en carretera. Pero gran parte de los usuarios sufre una enorme desinformación y prestan el mínimo interés a ese apartado del automóvil con los consiguientes inconvenientes.
Más allá de una inspección visual, para comprobar que no existen desperfectos y que la banda de rodadura todavía tiene dibujo y no se encuentra cerca de los avisadores, es imprescindible revisar la presión de inflado. Los neumáticos no son estancos, pierden presión con el paso de los kilómetros y debemos volver a reponer ese aire que se ha escapado para que todo funcione como debe.
Son los fabricantes quienes establecen una presión determinada para las ruedas. Se hace a través de muchas pruebas y simulaciones, hasta lograr un compromiso entre agarre a la carretera, durabilidad, control y confort. Por eso, llevar la presión incorrecta afecta a muchos apartados del automóvil como puede ser el consumo, la dirección, los frenos y la comodidad de marcha.
Es imprescindible saber que con una mayor presión, la superficie de apoyo es menor y por tanto, el agarre del neumático al asfalto se reduce y el desgaste aumenta. Si por el contrario, la presión es menor, el neumático se deforma y pierde cierta elasticidad. De esta forma, presenta una mayor resistencia al avance y por tanto, aumenta el consumo, también se reduce la comodidad y se reduce la capacidad de control sobre las reacciones del coche.
Con esto en mente, toca hacer una pregunta. ¿Sabes cómo medir la presión de las ruedas? Lo primero de todo, para medir la presión las ruedas deben estar frías, es decir, haber recorrido como máximo dos kilómetro y a velocidad reducida. De otra forma, el aire que hay en los neumáticos se calienta, se expande y aumenta la presión interior dando medidas erróneas. Además, los neumáticos delanteros suelen llevar más presión que los delanteros casi por norma, al llevar más peso delante. Esto no ocurre siempre, así que mejor comprobar que dice el fabricante.
Para mirar qué presión presión deben llevar, existe una etiqueta en todos los coches que puede estar colocada en la tapa del depósito o bien, en los zócalos de las puertas. Normalmente, en el hueco de la puerta del conductor. Pondrá varias medidas: coche con poca carga y coche con mucha carga, junto a la presión que debe llevar la rueda de recambio. También puede estar indicada en dos tipos de medición: bar y psi o en las dos al mismo tiempo (foto de arriba).
Si ya tenemos todo esto claro, el resto es muy sencillo. Quitamos el tapón, colocamos la manguera de forma que no salga el aire (en algunas ocasiones puede costar, según el estado del enganche) y la dejamos puesta. Miramos el marcador y actuamos según convenga. Esto en todas las ruedas. Más fácil no puede ser.