Seguro que os habéis fijado en que los coches modernos, tienen cada día las ruedas más grandes. Hay gente que piensa que lo hacen así para cobrar más dinero por el cambio de ruedas, pero es una idea muy equivocada. Los coches modernos tienen las ruedas cada día más grandes por estética. Unas ruedas grandes ‘visten’ mucho el coche, dan una imagen muy atractiva y una de los principales argumentos de compra de un coche, es la estética.
Hay un famoso periodista del motor de origen británico que dijo, que un coche muy bueno, pero feo, nunca será mejor coche que uno un poco peor, pero bonito. Suena muy superficial, pero más del 80% de los compradores se decantan por un modelo en concreto por su diseño y no por sus prestaciones o sus acabados. Y aquí, las ruedas tienen mucho que ver.
Por eso, los fabricantes han ido sacando coches con las ruedas cada vez más grandes, tanto en diámetro como en anchura. La intención es que su coche luzca genial lo mires por donde lo mires. El caso es que las ruedas grandes tienen muchas ventajas, y además, ventajas de peso. Pero también tienen inconvenientes, aunque muy seguramente a la mayoría de los compradores no les importe. Al menos, en un principio.
Entre las ventajas de las ruedas grandes se pueden destacar una mayor adherencia gracias a una mayor anchura del neumático, aunque esto suele ser principalmente con suelo seco. Con suelo mojado. si el neumático no se encuentra en buen estado o somos imprudentes conduciendo, el aquaplaning aparece mucho antes y el accidente está a la vuelta de la esquina. Al tener mayor agarre, la frenada también es mucho mejor al tener mayor superficie en contacto con el suelo, pero en caso de estar mojado, volvemos a tener los problemas antes mencionados. Pero repetimos, que dicho inconveniente aparece cuando circulamos con las ruedas en mal estado y sin adaptarnos a las circunstancias.
Otro apartado que se beneficia de una rueda grande es el confort, la comodidad de marcha. Aunque aquí, hay que tener en cuenta un factor: el perfil del neumático. Si tenemos una rueda grande con mucho perfil, absorbe mucho mejor las irregularidades del terreno y ayuda a la suspensión a ofrecer una comodidad muy elevada. Si nos fijamos en coches que son reconocidos por su comodidad, como por ejemplo un Rolls-Royce, podremos observar como sus ruedas son enormes (por estética) y el perfil de su neumático generoso. También podemos poner como ejemplo a Mercedes y su coche más lujoso, el Mercedes Clase S. Sus neumáticos tiene igualmente mucho perfil para que la comodidad sea máxima.
La parte más negativa de unas ruedas grandes se encuentra, principalmente, en la sustitución y en el consumo del motor. Cuanto más grandes es la rueda, más cara y más pesada resulta. Esto repercute en el bolsillo del comprador cuando toca cambiar las ruedas y en el consumo del motor cuando tiene que moverlas.
Como referencia, buscando en un conocido taller de mecánica rápida, puedes encontrar una medida de rueda muy común: 205/55 R16, por una media de 75-80 euros cada rueda. Si hubiera que cambiar las cuatro ruedas el precio iría de 300 a 320 euros en total. Si nos vamos a una medida que también es bastante normal últimamente: 215/50 R17, el precio sube y mucho. Un neumático ronda los 150 euros. Las cuatro ruedas saldrían por 600 euros.
En cuanto al consumo, apenas sería importante si no hacemos muchos kilómetros al año. De media, unas ruedas grandes aumentan el consumo entorno a 0,3 o 0,5 litros cada 100 kilómetros. Si en un mes hacemos un total de 500 kilómetros, sería entorno a unos dos litros adicionales apróximadamente. Eso en un año se convierten en 24 litros, al precio de gasolina actual (noviembre de 2017) a 1,25 euros el litro (gasolina de 95), son 30 euros. Es poco, cierto, pero también son pocos kilómetros. Los normal es hacer el doble, unos 12.000 kilómetros al año mínimo. Si hacemos más, por ejemplo, 100.000 al año, el coste sube exponencialmente: en torno a 300 euros adicionales.