Actualmente estamos acostumbrados a la estandarización de todos los mandos en la vida cotidiana. No importa que estemos haciendo, incluso los botones del mando a distancia de la tele están colocados igual en la gran mayoría de las marcas. Es algo, que como cabe esperar dada la naturaleza de la máquina, también ocurre en el automóvil.
Siempre, en orden de izquierda a derecha y sin importar el coche, al marca y lugar de fabricación, tenemos el pedal del embrague, el pedal del freno y el pedal del acelerador, faltando el primero de todos en caso de coches con caja de cambios automática. En los comienzos del automóvil, cada fabricante ponía los mandos donde les daba la real gana y había que aprender a conducir cada vez que uno se compraba un coche diferente; una locura. Además, por norma general el pedal del acelerador tiene una forma y tamaño diferente y está colocado un poco más abajo que el resto.
Como es lógico, la posición de los pedales se debe a motivos puramente ergonómicos y de seguridad, con una distancia entre ellos calculada y una forma que favorezca su manipulación de la forma más cómoda posible, pero llama muchas veces la atención que el pedal del acelerador tenga una forma diferente y esté colocado a diferente altura que el resto de pedales. La forma tiene también motivos ergonómicos, ya que busca favorecer el descanso del pie y tanto su ángulo, como su posición y mayor superficie tiene como misión simular un reposapiés, permitiendo mantener pisado el acelerador durante largos periodos de tiempo sin cansar y además, poder dosificar bien la potencia del motor.
La diferente altura busca una cosa completamente distinta y cuando lo leas, te darás cuenta de lo lógico de la idea. Cuando pisamos el pedal del freno lo que queremos es perder velocidad, el propio nombre lo indica: frenar. Pero para frenar, tenemos que dejar de acelerar así que, colocando el pedal un poco más alto, se obliga a levantar el pie totalmente del acelerador y también, se impide que al pisar el freno pisemos al mismo tiempo el pedal del acelerador.
Hay marcas como BMW por ejemplo, que tienen todos los pedales a una altura muy similar, pero el diseño de todos ellos busca el mismo objetivo: levantar el pie del acelerador completamente para frenar.