¿Puedo lavar mi coche con rodillos?

Muchos conductores, cuando se trata de lavar el coche, no saben muy bien a dónde acudir. Hay quien dice que los rodillos deterioran la pintura del coche, mientras que otros opinan que las lanzas a presión no lavan todo lo necesario. Y en parte, ambas afirmaciones son correctas, pero con matices.

 

Siempre se ha dicho que un túnel de lavado con rodillos no es aconsejable, porque podrían provocar arañazos en la pintura. Por una parte es cierto, podrían aparecer arañazos en la pintura, pero siempre dependiendo cada túnel de lavado. Algunos túneles de lavado tiene mucha afluencia, ya sea por su posición o porque tienen buenos precios. Si esos lavados con rodillos no se mantienen correctamente, las cercadas que los forman pueden deteriorarse y, entonces, arañar la pintura.

 

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Por el contrario, hay otros que tienen menos afluencia o están muy bien mantenidos, en cuyo caso sí es interesante usar un túnel de lavado con rodillos. Un túnel de lavado tiene algunas ventajas que nunca se tienen en cuenta: su presión de frotado es uniforme al contar con sensores para evitar hacer demasiada presión. Economizan el agua y cubren toda la carrocería al completo. Su proceso de secado final es la parte que más afecta al lavado, pues evitar que se queden manchas y marcas del agua y del jabón.

 

Las lanzas a presión, aunque no arañan la pintura, no ofrecen el mismo resultado y hay suciedad que no pueden eliminar. Hay autolavados con lanza y cepillo, pero no siempre interesan porque el cepillo suele estar muy sucio al no aclararse y tener un recipiente donde retirar la suciedad. Además, hay usuarios que hacen mucha presión y deforman las cerdas, a lo que debemos sumar la nula sustitución del cepillo cuando está muy usado.

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Si queremos lavar el coche lo mejor posible y sin dejarnos mucho dinero, lo mejor es usar primero las lanzas a presión para quitar parte de la suciedad y luego pasar por un túnel de lavado. No obstante, no todos valen, hay que elegir el que mejor estado tenga o el que tenga menos afluencia de coches. Y tampoco debemos abusar de los rodillos, porque hay cosas que pueden romperse como la carcasa de los faros (de policarbonato), las antenas o las carcasas de los espejos retrovisores laterales.