Según el RACE, el Real Automóvil Club de España, el error más común a la hora de repostar un coche es confundirse de combustible, de hecho afirman que les ocurre a un total de 50.000 personas anualmente, siendo en un 95 % de los casos modelos diésel que ha recibido en su deposito gasolina en lugar de gasóleo. Algo lógico no obstante, ya que la boca de llenado de todos los diésel, es más grande que la usada en los gasolina y no entra, siendo bastante complicado realizar la operación.
De todas formas, usar diesel en un gasolina suele suponer que se nos pare el motor si superamos el 5% de gasóleo frente a la gasolina, pero en el caso de los motores diésel que reciben gasolina en su depósito el tema se vuelve complicado, ya que puede producir averías de importancia al usar el gasóleo como elemento lubricante. En ambos casos, es necesario sacar el combustible del depósito y limpiar los diferentes elementos que se hayan visto afectados, pero vamos por partes.
Lo primero que debemos hacer cuando nos damos cuenta sobre el error, es no poner en marcha el coche ni tratar de desplazarnos bajo ningún concepto, pues el combustible equivocado se repartirá por el motor dañando cosas como los filtros, las diferentes bombas, catalizadores, inyectores y algún que otro elementos. Lo que tenemos que hacer es llamar la seguro para que ellos se hagan cargo de extraer el combustible y reciclarlo. El problema es que no todas las aseguradoras ofrecen esta posibilidad, así que nos tocaría llamar a una grúa y que se lleve el coche al taller para que nos pongan todo en orden, aunque no se trata de una operación barata y puede rondar los 400 euros… Si no nos hemos dado cuenta del suceso y hemos iniciado la marca, parar de manera segura y lo más rápido posible en cuanto notemos que el coche se comporta de manera errática y procederemos a llamar a la grúa para que se lleven el coche al taller.
Actualmente, hay aseguradoras que cuenta con un servicio que cubre estos problemas, enviando un vehículo especialmente adaptado y homologado para realizar la operación de extracción y reciclado del combustible repostado por error. Se trata de un servicio con un coste de unos 100 ó 150 euros.
