Si estás sopesando el cambiar de coche, seguramente estarás pensando en los posibles problemas futuros en cuanto a circulación. Sobre todo en el caso de un motor alimentado por gasóleo; un diésel. Y haces bien en pensar en estas cosas, pero sobre todo, si es un coche de segunda mano.
Lo primero que debes saber es que los motores diésel no sufren ningún tipo de restricción especial ni específica. Las restricciones de tráfico se basan en las etiquetas de la Dirección General de Tráfico y afectan a todos los vehículos, desde coches hasta furgonetas, pasando por las motos. Todos sin distinción de tipo de motor.
El problema está en los motores diésel más antiguos, los fabricados antes del año 2005. El resto de automóviles no sufrirán restricciones, a excepción de situaciones de muy elevada contaminación, en cuyo caso, hasta los motores de gasolina sufrirán cortes de circulación. De hecho, no se libran de los cortes ni los motores híbridos aunque se verían afectados en momentos de muy, muy elevada contaminación (nivel 4 de 5). Los únicos que podrán circular con total libertad siempre, son los coches con motor eléctrico al no tener emisiones locales (no contaminan durante su funcionamiento).
Por tanto, ¿tienen restricciones los motores diésel? Rotundamente NO. Si estás pensando en comprar un nuevo coche, no deberías preocuparte por esto. En caso de ser de segunda mano, sólo tendrás que tener en cuenta que debe haber sido matriculado después de 2005, y cuanto más moderno, menos contaminación.
