ISA, asistente de velocidad que la DGT quiere hacer obligatorio

Los accidentes y los fallecidos en los mismos son la mayor lacra de las carreteras españolas. Se trata de un problema necesario de erradicar por completo con diferentes medidas, que, polémicas o no, a veces se hacen necesarias. La Dirección General de Tráfico se ha propuesto reducir al mínimo posible estos sucesos y para ello, están dispuesto a todo, aunque se dejan muchas cosas por el camino.

Pere Navarro, en una segunda etapa al mando de este organismo, está convencido de cuáles son los métodos para reducir la siniestralidad. Uno de ellos pasa por reducir la velocidad en carreteras secundarias, a pesar de que se ha demostrado que la velocidad no es el principal motivo de accidente. El siguiente paso, mucho más acertado y celebrado por muchas asociaciones, es penalizar el uso del móvil hasta, incluso, hacer que el usuario se encargue con su patrimonio de los costes del accidente en caso de ser culpable y estar usando el móvil.

Una de las metas que se tiene en mente, sin fecha definida ni compromisos aceptados, es la implantación obligada por Ley, de un control de velocidad en todos los coches. La DGT lo llama ISA y es, básicamente, un control de crucero con lector de señales, que no permite superar la velocidad marcada para cada vía y además, mantiene la distancia de seguridad con el coche que nos precede.

La Comisión Europea recomienda su uso desde hace cierto tiempo, mientras que está estudiando ponerlo como obligatorio a partir de 2030. Respecto al proyecto de la Dirección General de Tráfico, no se han dado fechas. Pere Navarro ha dicho que se “es el gran salto adelante de los últimos años, el segundo más importante después del airbag”. Además, no sólo se puede instalar de fábrica, sino que se puede colocar en cualquier coche en circulación y puede tener un coste de 900 euros.

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Según la DGT, cada año se producen una media de 300 fallecidos en carretera por circular a velocidades no adecuadas y está demostrado que a mayor velocidad, mayor gravedad de las lesiones. Por otro lado, la Dirección General de Tráfico ofrece una serie de estadísticas para apoyar su decisión, donde destaca por encima de todas el aumento del 10% de los traumatismos y el 20% de los fallecidos al aumentar la velocidad, solamente, un 5%. O bien, la reducción al 10% de las posibilidades de muerte en caso de atropello a una velocidad de 30 km/h (a 80 km/h, es casi imposible que un peatón salve la vida).