Que cansado puede llegar a ser vender un coche, sobre todo si dejamos las cosas para el final y pretendemos que todo esté terminado en diez minutos. Las cosas requieren su tiempo, principalmente si se trata de vender un bien del valor de un coche. No se puede tener prisa ni hacer las cosas ‘a la carrera’, eso nos llevará a cometer errores que luego nos costará un tiempo solucionar y por supuesto, dinero.
Una de esas cosas que siempre acaba quedando para el final y que termina trayendo problemas son los accesorios. Muchos conductores adquieren e instalan (cuando la ocasión lo requiere) multitud de accesorios de toda índole para que su coche esté completamente a su gusto. El principal problema de estos accesorios es que pueden requerir una homologación ‘oficial’. No es suficiente con hacerse con un componente que haya sido homologado para venderse en España; debemos homologar la pieza ya montada en el coche. En realidad lo que se hace es inspeccionar que el montaje sea el correcto y no pueda causar peligro.