Aunque pensemos que los cristales de nuestros coches son totalmente transparentes, en realidad, no lo son. Todas las lunas de vidrio instaladas en los vehículos tienen un ligero tintado, que ayuda a mitigar el efecto de los rayos del sol, sobre todo los ultravioleta.
Apenas se puede apreciar a simple vista, son muy ligeros, pero en alguna ocasión se pueden ver en la parte superior de la luneta delantera a modo de visera.